4.5.10

Teorías Sociológicas a finales del Siglo XX

*
Las negrillas, sangrías, separación y supresión de algunos párrafos son nuestros para efectos de estudio.

Tomado de:

http://ddd.uab.cat/pub/papers/02102862n50p17.pdf

Las cuatro "avenidas fuertes" de la teoria sociológica contemporánea*

José Enrique Rodríguez Ibáiíez
Universidad Complutense

* Este trabajo desarrolla y amplia la intervención, que con casi idéntico titulo, llevé a cabo en uno de 10s simposios del Congreso Espafiol de Sociologia celebrado en Granada en septiembre de 1995. Papers 50, 1996 17-27.

Resumen

El articulo presenta, compendiada en sus componentes analiticos, las cuatro direcciones dela teoria sociológica contemporánea que, a juicio del autor, poseen mayor poder epistemológico y plausibilidad investigadora, a saber, la teoria de la elección racional y la teoria cognitivista. Palabras clave: teoria, teoria sociológica, acción comunicativa, sistemas, elección racional,cognitivismo.

(...)

Sumario

Preliminar: teoria de la sociedad, teoria sociológica, historiografia social.
¿Qué son "avenidas fuertes" y por qué lo son?.
La teoria de la decisión racional.
La teoria cognitivista.
La teoria comunicativa de la sociedad.
La teoria de sistemas.
A modo de conclusión.
Bibliografia.

Preliminar: teoria de la sociedad, teoria sociológica, historiografia social.

Como muy bien recuerda el maestro Ferrater Mora en su espléndida síntesis (1979), el término "teoria", se remonta etimológicamente a aquella actividad, propia de la antigua Grecia, consistente en observar como espectador 1os juegos y festivales públicos, en actitud profesional o "diplomática", todo el1o a modo de germen de la consolidación de una secta de "teóricos* que perpetuaba ritualmente su existencia mediante "procesiones".

No es descabellado pensar que este remoto origen de la actividad teórica referida a 1os asuntos sociales aletea todavía en la contemporánea casta profesional de sociólogos, subdividida en capillas y escuelas ritualizadas en voces de pública difusión -revistas, editoriales, webs ahora-, ágoras geográficas precisas -Frankfurt, Chicago, Paris- y reuniones cíclicas -congresos, conferencias-, trufadas de sentido operistico, declamación y amable convivencia grupal.

Dentro de ese prometeico esfuerzo por resumir teóricamente el reino de 1o social, existen diversas formas de enfoque que conviene distinguir y matizar.

En el nivel mis general nos encontramos con la "teoria de la sociedad", heredera de la filosofia social y separada de ella por su voluntad de precisión y sistematicidad en la exposición de las observaciones relativas a la sociedad misma -sus pilares normativos, sus estructuras, sus tendencias de cambio-.

Podríamos decir que la gran tradición de clásicos, brillantemente representada por Marx, Durkheim y Weber, sentó las bases duraderas de este género, combinando narración, descripción y solidez analítica.

Posteriormente, construcciones tales como la teoria de la sociedad postindustrial -y eventualmente hipermoderna o postmoderna; véase la sistemática aportación de Kumar al respecto (1995)- o la teoria de la sociedad del riesgo, que yo mismo he tratado de pormenorizar (Rodríguez Ibáñez, 1993), se mueven en un camino parecido.

Lo mismo cabria afirmar de autores como Alexander (1995) o Bauman (1995), interesados en fundir la teoria con el diagnóstico de la civilización.

Por fin, la preocupación por renovar 1os referentes didácticos de la disciplina -que las sucesivas compilaciones de Smelser (1988, 1994) ejemplifican a la perfección-, también entrarian en el apartado de la teoría de la sociedad.

La teorización social in genere cuenta ya un considerable cuerpo de obras clásicas y tradiciones, 1o cua1 permite establecer lineas temáticas y aun focos de atención delimitados por la consideración de 1os diversos foros nacionales protosociológicos -Francia, Gran Bretaña. Alemania, Italia, Estados Unidos-.

Es esta otra rama del saber especializado sobre la sociedad que me permito denominar la "historiografía social".

Con la vista puesta en la reconstrucción de 1os discursos acumulativos sobre 1os que descansa la teoria, y acentuando por 1o común el peso especifico que ha tenido en dicha acumulación el contexto nacional de origen, la subdisciplina historiográfica ha hecho considerable fortuna e incluso tiende a ser confundida con la actividad teórica sin ser1o exactamente.

Dentro de esta especialidad, entre cuyos cultivadores me incluyo por cierto, me permito destacar de la producción actual el extraordinario trabajo de Richard Münch (1994).

Aquí, el sociológo alemán traza los hilos históricos de la evolución teórica de la disciplina, aplicándole, no sin humor, y por familias, la tetralogia funcional "AGIL" que Parsons ideara para su contraste con el proceso de modernización y estructuración de la sociedad.

Con mayor vocación ensayistica, nada reñida empero con el rigor analítico y el conocimiento de las diversas culturas occidentales parteras de la sociologia,Donald Levine (1995) acaba de entregar a la imprenta un texto que ya ha empezado a suponer un hito critico y elegante de la historiografia social.

En fin, considero de justicia recordar igualmente la importante obra de Wolf Lepenies El nacimiento de la Sociologia no tan reciente (1988), aunque ejemplar como demarcación histórica e intelectual de las tradiciones sociológicas nacionales. Sin salirnos de 1o que es la historiografia social,

existe un capitulo de la misma preocupado por reflexionar sobre 1o que la sociologia ha sido y es y 1o que habrá o habria de ser.

Con la idea recurrente de crisis en la cabeza, hay autores que buscan volver a 1os origenes ético-criticos, mis allá de la confusión y el relativismo contemporáneos. Es el caso de Horowitz (1993).

Otros como Lemert (1995), por el contrario, abogan por una asunción a fondo, en el discurso teórico, de la nueva realidad dominada por el multiculturalismo y la irrupción de los códigos femeninos.

Hay incluso quien ha dado el paso de proponer un nuevo nombre disciplinar -el de "metateorias"- para este genero de autorreflexión discursiva sobre la sociologia; asi, Ritzer (1992).

No puedo ni debo menospreciar 1os anteriores enfoques, cuyo fondo he tratado de resumir sucintamente, mencionando a algunos de sus representantes de última hora, sin ánimo alguno de exhaustividad. Sin embargo, si que me veo en la obligación de precisar que

ni la teoria de la sociedad ni la historiografia social -a las que, insisto, deseo larga vida- son propiamente teoria sociológica.

Por "teoria sociológica", en sentido preciso o "duro", entiendo algo más reducido, a saber, el trabajo consistente en la elaboración de constructos hipotéticos que den cuenta axiomática y congruente de la realidad y, a la vez, iluminen la investigación social.

Por poner ejemplos, teoria depurada, con pocas concesiones al ensayo, son las propuestas de Parsons, Stinchcombe y, en el presente, Mouzelis (1995) -autor este último que, a mi entender, ha sabido instaurar la sensatez en el quehacer téorico-sociológico, sin dejarse arrebatar, como él mismo dice, por 1os cantos de sirena de la filosofia, la lingüística ni el psicoanilisis, contrariamente a tanta barahúnda "deconstruccionista" al uso.

Naturalmente que la teoria de la sociedad, la historiografia social y la teoria sociológica no existen en puridad, entremezclándose las mas de las veces.


No obstante, hay prioridadese en las diversas aventuras teóricas, no siendo difícil hallar la pauta dominante en cada una de ellas. Teniendo esto en cuenta, me dispongo ya a mostrar, en sus respectivos "esqueletos" epistemológicos e hipotéticos, las cuatro tendencias de teoria sociológica propiamente dicha que en mi opinión se erigen en este fin de siglo en alternativas sólidas o, como gusto yo de decir, "avenidas fuertes".

¿Que son "avenidas fuertes" y por qué 1o son?

Por "avenidas fuertes" entiendo aquellos procesos abiertos de produccción teórica en sociologia que tienen el suficiente peso especifico como para acumular propuestas teóricas del pasado y aun asimilar otras propuestas del presente, y todo el1o propiciando estirnulos para el avance de la investigación.

La metáfora de la avenida pienso que inmediatamente transmite la idea de imán o catalizador y, al mismo tiempo, la idea de continuidad y crecimiento. Que una avenida sea o no fuerte dependerá de que posea o no una base epistemológica adecuada y sólida; de que su alcance último roce las cotas del universalismo explicativo, y, finalmente, de que su ámbito de aplicación sea capaz de saber concatenar 1o singular y 1o global (o "micro" y "macro").

Pues bien, en mi opinión son cuatro las avenidas teóricas capaces de cumplir con 1os anteriores requisitos en la teoria sociológica contemporánea. En concreto:

la teoria comunicativa de la sociedad, representada emblemáticamente por la Teoria de la acción comunicativa de Habermas (1984, 1987);

la teoria de sistemas, representada emblemáticamente por 1os Sistema sociales de Luhmann (1995);

la teoria de la decisión racional o rational choice, representada emblemáticamente por 1os Fundamentos de teoria social de Coleman (1990),

y la teoria cognitivista, que no se asienta en ninguna obra emblemática en particular sino, a lo sumo, en una serie de trabajos importantes como 1os de Cicourel (1973), Changeux (1 985), Churchland (1986), Gardner (1985), Johnson-Laird (1983) o Varela (1992).

A continuación expondré sintéticamente las bases en las que descansa cada una de estas teorias, asi como su poder acumulativo y asimilador, su plausibilidad investigadora y sus pros y sus contras.

Dado que no pretendo otra cosa que trazar una especie de cuádruple mapa de 1o que para mi gusto constituye la más seria nervadura de la teoria sociológica de nuestros días, daré por supuestas muchas de las nociones manejadas, efectuaré remisiones in genere a autores, escuelas y conceptos y daré prioridad a la concisión esquemática sobre 1os desarrollos argumentales.

Finalmente, resumiré 1o expuesto en un cuadro y trataré de extraer una mínima conclusión prospectiva. Para una mejor elaboración, véase mi Perspectiva sociológica (1992).

La teoria comunicativa de la sociedad

Como se sabe, viene quintaesenciada por el citado opus magnum de Habermas (por cierto, tan teórico como historiográfico). Su nexo argumental gira en torno al proyecto de identificar a la sociedad como un proceso "dialógico" o plurisubjetivo que incorpora en su despliegue, intimarnente fundidas; a dos racionalidades colectivas básicas: la del "sistema" y la del "mundo de la vida".

Grosso modo, la teoria de la acción comunicativa es una teoria general de la sociedad concebida como sistema general de la acción, que descansa en el diálogo permanente entre las "estructuras" y 1os "sujetos" o "agentes".

Su afán es distanciarse del finalismo weberiano, del normativismo funcionalista y del trascendentalismo frankfurtiano, aunque sin desdeñar la relectura del conjunto de clásicos de la teoria sociológica.

Las bases epistemológicas de esta teoria serian la filosofia existencial, la teoria de la intencionalidad, el presupuesto intersubjetivo y el culturalismo. El1o se traduce en una reconstrucción de la tradición sociológica que acumula: al Marx "relacional"; al Durkheim teórico de la identidad colectiva; al Max Weber teórico del sentido y la racionalidad; al interaccionismo simbólico; al Parsons teórico de la modernización, y, por fin, al ethos de la filosofia moral de Kant, la Ilustración y el pensamiento posilustrado de la escuela de Frankfurt.

Ya en el presente, la teoria de la acción comunicativa asimilaria para mi gusto (con las debidas distancias) a la teoria de la "estructuración" de Giddens, al sincretismo entre el "campo estratégico" y el "habitus" de Bourdieu y a la teoria de la "posmodernización" de autores como Smelser y Alexander, en tanto en cuanto llevaria a todas estas propuestas (referidas a procesos de singularización y diferenciación "agencial" en contextos estructurales), a un manto de amparo discursivo o metateórico superior.

En cuanto a plausibilidad investigadora, a la teoria de la acción comunicativa posiblemente le falte operativización, si bien el propio concepto de acción comunicativa es susceptible de desarrollo empirico.

En concreto, 1os esfuerzos contemporáneos por recategorizar a la sociedad civil y a 1os marcos de legitimación de identidad (Arato, Cohen, por ejemplo) se benefician bastante de este enfoque. En todo caso es cierto que el esfuerzo habermasiano contiene no pocos elementos de desideratum o wishfil thinking y que, en última instancia, como ha puesto bien de manifiesto Joas (1993), so1o confusamente es capaz de librarse de su escondido residuo inmanentista.

La teoria de sistemas

Hasta ahora, su texto canónico es el ya mencionado de Luhmann.

El sistemismo sociológico más elaborado descansa en una epistemologia holista que, en lo relativo a la teoria sociológica, acumula al evolucionismo clásico, al Durkheim teórico del hecho social y al modelo estructural-funcional y, en la actuaiidad, toma en préstamo ingredientes teóricos importantes a la biologia de signo "autopoiético" y a la informática.

La teoria sistemica de Luhmann pretende, también en sociologia, romper las fronteras entre ciencia y tecnologia.

La teoria sociológica, una vez que 1os diversos sistemas que conforman a la sociedad son lo suficientemente patentes como para observarse, justificarse y orientarse por si mismos, debe erigirse en tecnologia de la comunicación (entendiendo por tal la "interpenetración" sistema a sistema, con el fin de reducir incertidumbre y potenciar rumbos correctos).

Los "sistemas" de Luhmann -ser humano, economia, política, derecho, ciencia, sociedad, medio ambiente, etc.- son todos ellos autosuficientes y autónomos; modifican sus elementos constitutivos a la par que se autoobservan, y no forman una cadena de menor a mayor, sino que, como mucho, se "interpenetran" en su permanente ejercicio de observación y modificación.

Tal "interpenetración" es factible hoy dia por el hecho de que la consolidación sistemica se plasma en realidades institucionales que son expresión o "escaparate" de cada uno de 1os sistemas -asi: leyes en relación con el sistema juridico; mercado en relación con el sistema económico; opinión pública en relación con el sistema politico, etc.-, 1o cual facilita que el ejercicio radical de autotransformación que Luhmann denomina "autopoiesis" se realice "en compañia".

La teoria avanzada de sistemas asimila al sistemismo cibernético o sociológico clásico (como el de Buckley), basado en la concatenación entre cada sistema social y su entorno, y no en la "autopoiesis" y la "interpenetración" defendidas por Luhmann. También pudiera decirse que asimila al neofuncionalismo empeñado en conciliar el sistema de la personalidad con el de la sociedad.

La plausibilidad investigadora de este enfoque es evidente en 1o relativo a su defensa de 1os procesos diferenciación funcional intersocietarios, que rompe con 1os viejos criterios estratigráficos limitados al ámbito de cada uno de 1os Estados nación, y crea nuevos ejes -como el mediático o el financiero para el estudio de 1os modernos sistemas mundiales de desigualdad.

También son empíricamente sugerentes algunas de las categorias sistémicas tipicas -complejidad, riesgo-, las cuales invitan al logro de una mayor parsimonia metodológica entre 1os confines de la psique, el sistema social y el sistema medioambiental.

Claro esta que el sistemismo luhmaniano -según ha puesto de manifiesto Habermas sin ir más lejos, en sus frecuentes "fuegos cruzados" con el teórico actual de sistemas por antonomasia- debe pechar con los lastres de la tentación metabiológica en lo tocante a la definición de las metas colectivas, la proclividad hacia el cinismo o realismo sociológico exagerado (puesto que "tecnologiza" la toma pública de decisiones) y el desmesurado culto a las virtudes endógenas de cambio protagonizadas por unos sistemas sociales trasmutados en virtuales macroorganismos.

La teoria de la decisión racional

Esta teoria, cuyo adherente más puro es sin duda Coleman, pretende universalizar sociológicamente 1os hallazgos de la teoria económica neoclásica, la que se basa en el cáiculo anticipado de la rentabilidad de la conducta como parámetro explicativo de la conducta misma -la individual y la colectiva-, entendida la última como agregado de conductas individuales.

El anclaje epistemológico del decisionismo pasa por el individualismo metodológico, la lógica utilitaria, el modelo intencional de la acción y la teoria de juegos.

De todo el1o se deriva una concepción estratégica de la acción colectiva que explica el curso de las decisiones o elecciones entre alternativa a tenor de 1os escenarios concretos y, además, contrastando los resultados anticipables de la acción con 10s resultados efectivos de esa misma acción.La teoria de la decisión racional acumula un aspecto del marxismo clásico (el de la lucha de clases como expresión estrategica de la defensa organizada de intereses), el individualismo maxweberiano, la teoria de la acción de Pareto y las teorias clásicas del intercambio social. Igualmente, podria decirse que asimila en parte la teoria del conflicto de Dahrendorf y la sociologia histórica (basada en la reconstrucción de la acción colectiva) de, pongamos por caso, Tilly.

La plausibilidad investigadora de esta teoria se refiere fundamentalmente a sus pertinentes modelos explicativos de la recién mencionada acción colectiva, que no eluden la paradoja ni la contradicción en sus formulaciones y que parten del supuesto ineludible de la generación de efectos perversos. Incluso procesos aparentemente anárquicos como las revoluciones han podido ser reelaborados a partir de esta perspectiva. Tarnbién el decisionismo ha sido capaz de construir análisis del cambio social inspirado en la tradición del símil constitucionalista (Buchanan, Coleman, Sciulli). La teoria de la decisión racional, sin embargo, ha sido tildada de practicar un exagerado "imperialisme microeconómico". Esto es más evidente en el caso de Coleman y no tanto en otros autores como Boudon o Elster.

Si que es verdad, en definitiva, que el decisionismo ignora, metodológicamente hablando, la autonomia de los órdenes culturales y la influencia en la conducta de los factores emocionales. Constituye una excelente herramienta intencionalestratégica
que, no obstante, al menos en mi opinión, no puede arrumbar modelos explicativos adyacentes, como los basados en variables culturales y los psicosociales.

La teoria cognitivista

Considerar a esta opción como "avenida fuerte" en teoria sociológica proviene de mi convicción personal de que el cognitivismo -o análisis neurofisiológico de la conciencia- aplicado a la sociologia puede contemplar mutuamente, buscando su convergencia, a dos apuestas teóricas que, en puridad, vendrian lastradas por epistemologias no suficientemente universalizadoras.

Me refiero, por una parte, a la sociobiologia y, por otra, a la etnometodologia. La primera mantendria con vehemencia que la conducta grupal y, a la larga, el orden social, pueden ser explicados a la luz de la biologia genética, pero ella misma se declararia incapaz (desde los tiempos de Wilson) de explicar y pormenorizar la variadisima y compleja respuesta cultural -lengua, sistemas económicos, de parentesco, de autoridad, etc.- en que se versatiliza el patrimonio genético, dejando la tarea para una nueva teoria sociológica de base material.

Por su parte, la etnometodología, si quisiera ser nada menos que la microteoria fenoménica del orden social, habria avanzado sustancialmente en su indagación en torno a las bases interpersonales de las que emergen normas y convicciones, pero no podria encontrar un elemento teórico metacontextual al que remitirse.

Pues bien, con la adopción del marco cognitivista en el estudio de los microprocesos de la vida social, asi como en el estudio de las estructuras y pautas globales de la sociedad derivadas de los anteriores, la tradición etnometodológica está en condiciones de hallar ese referente truncado -esto es, los fundamentos neuronales de la cognición y, en los escenarios sociológicos, de la representación mental y de sus repercusiones estratégicas-.

En cuanto a la sociobiologia, encontraria en los estudiosos de la interacción social con base cognitiva unos aliados que le proporcionarian las herramientas socioculturales de las que carece. En resumen, la teoria sociológica de orientación cognitivista daria el espaldarazo de adultez epistemológica a las tradicioness psicosociaies y etnográficas.

La epistemologia cognitivista -que, dicho sea de paso, busca con este rótulo la unificación de las ciencias humanas- hunde sus raíces en la psicologia social clásica, en la nueva psicologia neuronal, en la sociolingüística, en la lógica formal y en la inteligencia artificial.

Por acumulación, incorpora a su patrimonio histórico al darwinismo social, al pragmatismo, al conductismo, al Durkheim de las representaciones colectivas y a la antropologia cultural y posdurkheimiana, y aun al Simmel teórico de las "formas (normativas) de socialización".

En el presente, pudiera asimilar (de la mano, fundamentalmente, de Cicourel) a la etnometodologia, a la etnografia de la ciencia practicada por autores como Latour o Knorr-Cetina, y probablemente también a otras construcciones, como las de Collins y Elias, en las que las emociones tienen un papel crucial a la hora de delimitar la construcción del orden social y la evolución civilizatoria. Del mismo modo abrazaria a teorias sociolingüisticas y "ontosocio-genéticas" como las de Piaget y Chomsky, manteniendo, al hacerlo, la misma polémica de origen que diferencia al uno del otro.

Por decirlo con palabras más claras, el inmanentismo de Chomsky y el emergentismo de Piaget son continuados, ya en terrenos cognitivistas, por la polémica que divide a los teóricos de "orientación cccomputacional (como Johnson-Laird) y a los de orientación individualista y ccautopoiética" (como Varela y Maturana, opuestos, por cierto, a la adopción sistémica de su concepto clave llevada a cabo, según sabemos, por Luhmann).

La plausibilidad investigadora de la teoria cognitivista se evidencia en sus aportaciones a la teoria del aprendizaje y de la conducta colectiva entendida como proceso de serialización. A la vez, el cognitivismo resulta impagable como enfoque fuertemente orientado hacia la experimentación. Por contra, genera problemas como su tendencia al reduccionisme psicológico y a la puesta en cuestión de la posibilidad misma de mantener la autonomia del discurso cientifico-social.

A modo de conclusión

La reserva que acabo de introducir en 1o concerniente ai cognitivismo puede servirnos para separar, por parejas, a las cuatro "avenidas" consideradas.

En efecto, la teoria de la decisión racional y la teoria cognitiva comparten su proclividad a ser englobadas en constelaciones teóricas que se proponen trascender la vieja frontera que separa entre si a las ciencias sociales (e incluso, en el caso de la teoria cognitiva, la que separa a las ciencias biológicas de las humanas).

Por su parte, la teoria comunicativa y la teoria de sistemas serian más ortodoxas en
su ánimo de mantener un puesto autónomo para la teoria de la sociedad (y su depuración, la teoria sociológica), aunque, en 1o relativo a Luhmann, la impronta de esta parcela adquiera un cariz "tecno1ógico".

Puestas asi las cosas, la vieja distinción, que a mi particularmente me gusta introducir, entre sociologias de orientación comunitaria y sociologias de orientación societaria, estaria dando paso a un nueva contraposición entre sociologias con vocación de fundirse en antropologías integrales de signo económico o psicobiológico, y sociologias empeñadas en mantener, en el seno del diálogo interdisciplinaria, la autonomia de la teorización sociológica.
Yo inclino mis simpatías por las segundas, sin saber a ciencia cierta si se trata de un reflejo conservador o de un recurso resabiado a la hegeliana astucia de la razón.

(...)
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1 comentario:

cameliaabeles dijo...

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