27.12.09

Campanella y la organización social

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El comentario inicial, las negrillas, sangrías, bloques entrecomillados y separación de algunos párrafos son nuestros para efectos de estudio.

Conforme esta referencia, a Campanella se le pueden atribuir elementos teóricos de la concepción primiria del Socialismo y en el proceso, del comunismo:

1. La sociedad, las masas igualitarias. La propiedad, las mujeres y los hijos son comunitarios.

2. Las funciones del Estado, aristocráticamente divididas, con cierto grado de caudillismo, pues la estructura de la Iglesia Católica, dirige todo el proceso de distribución comunitaria de la riqueza. Da por sentado, entonces, que la Iglesia, colectiva e individualmente considerada, no se enriquece.

Tommaso Campanella

Tommaso Campanella (Stilo, Calabria, 5 de septiembre de 1568 - París, 21 de mayo de 1639) fue un filósofo y poeta italiano. Es también citado por su nombre castellanizado, Tomás Campanella. Su nombre antes de entrar en la Orden Dominica fue Giovanni Domenico Campanella.

Escribió, entre otras muchas obras, una defensa de Galileo y el tratado utópico La ciudad del sol (compuesto durante su larga estancia en la cárcel por una conjura antiespañola, la misma causa que el economista Antonio Serra), donde describe un Estado teocrático universal basado en principios comunitarios de igualdad.

Vida

A los 14 años ingresó en el convento dominico de Santo Domingo de Placanica, emitiendo sus votos con el nombre de fray Tommaso. Estudió filosofía y teología en Morgeto y Nicastro, mostrando especial admiración por la física naturalista y el antiaristotelismo de Telesio. En 1589, sin contar con sus superiores, se dirige a Nápoles en compañía de un rabino judío, que lo introduce en el círculo de Gian Battista Porta, en el que se practicaban curiosidades mágicas y naturalistas, por las que siempre sintió especial atracción.

En 1591 publicó allí su primera obra, Philosophia sensibus demonstrata, en defensa de Telesio, sufriendo poco tiempo después la primera sospecha de demonismo y herejía, y siendo procesado por su propia Orden al año siguiente. Un cuarto proceso (tras haber pasado por Roma, Florencia, Bolonia y Padua) más grave que los anteriores, hace que le trasladen a Roma, siendo encarcelado en la Torre Nona por orden del Santo Oficio. Obtenida la libertad, se retira al pequeño convento de Santa Maria de Gesu (Stilo), aparentando una vida recogida y tranquila.

Mientras tanto planeaba una conjuración contra la dominación española en Calabria, y la instauración de una república teocrática perfecta similar a la utopía que formula en Cittá del sole.

Delatado, se le abre en 1599 un proceso político y eclesiástico en el que se le acusa de rebelión y herejía. El gobierno español y la autoridad eclesiástica determinan en 1602 condenarle a cadena perpetua en el Castillo de Nápoles, donde pasa 27 años. Durante esta reclusión compuso sus principales obras, reelaboró las que en Bolonia le había arrebatado la Inquisición y mantuvo relación con estudiosos de su tiempo (Galileo, Scoppio, Gassendi, etc.). A requerimiento de la propia Orden Dominicana le fue otorgada la libertad total por el papa Urbano VIII. El 21 de octubre de 1634, vestido de fraile mínimo, con falso nombre, huyó a Francia, donde Campanella encontró afectuosa acogida. Cinco años después, murió en el convento de la Rue Saint-Honoré de París.

Campanella tenía un temperamento impetuoso, combativo; talento de amplia erudición, con una audacia intelectual desenfrenada, que le llevó a abordar todas las ciencias. Se creyó predestinado por Dios para la misión providencial de realizar la unidad de todo el mundo, dividido por luchas doctrinales, políticas y religiosas; unidad que constituyó la gran obsesión de su vida.

Obra

Las obras de Campanella, 82 en total, abarcan muchos campos de la filosofía. Algunos títulos suyos son Teología (1614) y Metafísica (1638).

Entre sus obras importantes se destacan: De sensu rerum et magia (1590, revisada en 1628), en la que expone la doctrina de la animación universal, y su gnoseología. De monarchia hispanica discursus (1601), tratado político en torno a la prioridad de la monarquía española, bajo la autoridad espiritual del Papa, en el concierto político universal.

Citta del sole (1602, revisada en 1613) publicada en latín (Civitas solis, poetica idea Reipublicae philosophicae, 1623), la obra más significativa de su pensamiento político, en la que traza su república ideal, naturalista, teocrática y aristocráticamente comunista.

Universalis Philosophiae seu metaphysicarum rerum, partes tres, libri XVIII (1638), es como una «biblia de la filosofía». Monarchia Messiae (1605), en donde teoriza sobre

la monarquía universal: el Papa es el soberano supremo, los príncipes sus brazos; la humanidad tendrá entonces paz bajo un solo rey y un solo pastor.

También escribió una Apologia pro Galileo, mathematico florentino (1616).

Campanella, partiendo de los principios del naturalismo telesiano, deduce inmediatamente la universal sensibilidad de las cosas: en efecto, si los animales sienten, es señal de que sienten también los elementos de que están constituidos (De sensu, 1,1). Esta sensibilidad es debida a un espíritu sutil que determina el consenso de las cosas naturales entre sí. Proclama, igualmente, la supremacía del conocimiento sensible, el único que reporta certeza absoluta. Reduce todo conocimiento a la sensibilidad. Mas, ¿cómo puede el alma conocerse a sí misma? Campanella resuelve el problema al establecer un autoconocimiento originario del alma, el cual posibilita el conocimiento de todas las demás cosas. Para ello se basa en el principio de que la sensación, al ser pasión, proviene de la asimilación del sujeto cognoscente a la cosa conocida. En esta autoconciencia se fundan las determinaciones esenciales de la realidad natural, de las que ella nos hace conscientes: el poder, el saber y el amor al ser.

Toda su filosofía especulativa está destinada a fundamentar un ideal político-religioso: el gobierno de la humanidad por el Sumo Pontífíce, en quien debe recaer también el poder temporal. En realidad, viene a establecer una dictadura sacerdotal, apoyándose en la condición desfalleciente del hombre, tan sólo remediable en esa ciudad helíaca. Para la ortodoxia católica, su religión naturalista, como vínculo de orden espiritual y unificador, supone una decadencia del cristianismo, ya que daña gravemente su dimensión sobrenatural.

Pensamiento

Inicialmente, se inspiró en Bernardino Telesio (1509-1588), aunque más tarde diferenció su pensamiento. Telesio pretendió estudiar la naturaleza a partir de sus propios principios, que para él se reducían a la acción del calor y el frío sobre lo corpóreo, alejándose de esta forma tanto de Aristóteles como de la magia. Telesio afirmaba la autonomía de la naturaleza y en consecuencia, la necesidad de estudiarla de modo independiente a la metafísica a partir de la información que suministra la experiencia sensible. Se observa en el pensamiento de Telesio, algún componente animista inspirado en los presocráticos. Campanella, a diferencia de Telesio, se acerca algo más a la magia y al animismo. Su teoría del conocimiento afirma que todo conocimiento deriva de la sensibilidad y a ella se reduce. Entonces, el conocimiento sensorial proporciona certeza absoluta y por lo tanto no requiere pruebas de ninguna clase. El escepticismo no tiene sentido porque hay una facultad innata en el alma que nos asegura principios indudables, el primero de los cuales es que existimos, pensamos, queremos y podemos. Este conocimiento de sí mismo está presupuesto en cualquier conocimiento de las cosas exteriores. Nos conocemos, ante todo, a nosotros mismos, y sólo conocemos las cosas exteriores en cuanto nos conocemos modificados o impresionados por ellas; Campanella extiende esta conciencia a todos los seres.

Fue un comunista utópico. Se manifestó contra la escolástica y combinaba las ideas del sensualismo y el deísmo con concepciones místico-religiosas. Fue perseguido por la Inquisición debido a su libertad de pensamiento.

Soñaba con una humanidad libre y próspera, mas confiaba en que su sueño podría tornarse en realidad con la ayuda del Papado. Fundamentó su ideal comunista en el mandato de la razón y en las leyes de la naturaleza. Imaginó una sociedad comunista tanto en lo referente al régimen de la propiedad como en la pertenencia de mujeres e hijos.

Poco tiempo después de salir de la cárcel volvió a ser perseguido y tuvo que buscar refugio en Francia.

Muchas de sus propuestas filosóficas fueron semejantes a las adoptadas después por René Descartes y por Immanuel Kant.

Su doctrina filosófica admite la impotencia del conocimiento sensible para conocer la realidad exterior, pero admite la importancia del conocimiento interno para experimentarse tal y como uno es. Al modo de San Agustín, la existencia de Dios se deduce de la existencia de su idea en el hombre, que por su perfección no puede ser un producto nuestro.

En su Civitas Solis describió una utopía en la que la Iglesia Católica domina todos los órdenes de la vida, ideas que aplicó en su libro La Monarquía Hispánica respecto al imperio realmente existente entonces, España.

La ciudad del sol
Una de sus obras más destacadas fue La imaginaria ciudad del sol, que fue escrita en 1602 pero no fue publicada hasta 1623. Es una utopía en la que el autor expone su concepción de ciudad ideal. Está dispuesta en forma de diálogo entre un almirante genovés y el Gran Maestre de los Hospitalarios. El marino cuenta al caballero cómo se vio obligado a tocar tierra en la Isla de Taprobana, donde los indígenas lo conducen a la Ciudad del Sol, que está rodeada por siete murallas, dedicadas cada una a un astro. En la punta de un monte se encuentra el templo dedicado al Sol.

La organización política de esta singular República es de carácter teocrático. Se mezclan los asuntos religiosos y públicos de manera inescindible. El supremo gobernante es el Sacerdote Sol, auxiliado por los Príncipes Pon, Sin y Mor, competentes respectivamente en materia de poder, sabiduría y amor. Al príncipe Pon le corresponde conocer el arte guerrero y de los ejéricitos; al Príncipe Sin, la enseñanza de la ciencia y la sabiduría, y al Príncipe Mor, las labores de la procreación y la educación de los infantes.

Los Ciudadanos de esta República filosófica,

conocedores de que la propiedad privada engendra el egoísmo humano e incita a los hombres a enfrascarse en crueles luchas, han convenido en que la propiedad sea comunitaria. Todos los hombres habrán de trabajar pero los funcionarios serán los que harán la distribución de la riqueza.

Hasta los actos más íntimos son en común en esta ciudad.

Trata de una sociedad comunista ideal en la que el poder está en manos de hombres sabios y sacerdotes. Con esto podemos ver cuan influyente fue la Iglesia sobre Tommaso Campanella.

La imaginaria ciudad del sol contribuyó a desarrollar la ideología progresista y a estimular el progreso social.

Saint Simon como Socialista Científico

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Una reflexión que se extrae de la lectura del trabajo de Engels, "Del Socialismo Utópico al Socialismo Científico", es que la ubicación del surgimiento del Socialismo Cientifico a partir del descubrimiento de Marx y de él mismo Engels (que generalmente no se lo autoreconoce) de la concepción materialista de la historia y de la teoría de la plusvalía, no es exacta. El Socialismo Científico surge con Saint simon, quien puso las bases teóricas de un orden social en la tierra, fundamentado en el trabajo y en la capacidad para trabajar, diferenciando el trabajo productivo, de bienes materiales, del trabajo improductivo de la administración del Estado y de la política y sentó la premisa de la extinción futura del Estado. Si pretendieramos que la Ciencia existe solamente a raíz de los descubrimientos de Marx y Engels, llegaríamos a la errónea conclusión, a la que no llegan ni Marx ni Engels ni en Filosofía ni en Economía Política, de que antes de ellos solamente hubo producción utópica o no científica en Filosofía y en Economía Política. Probablemente el calificativo de "Socialismo Utópico" sea más aceptable al referirse a Tomás Moro o a Tomás Campanella, que imaginaron sociedades humanitarias e igualitarias en el cielo, utópicas, pero no a Saint Simon, cuyas teorías, sistemática y coherentemente articuladas conforme los avances materiales e intelectuales de su época, incluyendo la de las fases de la evolución histórica de la humanidad, iban encaminadas a racionalizar la instauración del socialismo en la vida concreta, material, del ser humano. CE.
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26.12.09

Saint Simon, la Sociología y el Socialismo

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El comentario inicial, las negrillas, sangrías y separación de algunos párrafos son nuestros para efectos de estudio.

Saint Simon, realizón grandes aportes como teórico y como revolucionario:

1. Fundador de la Sociología, probablemente con más mérito que Compte.

2. Creador de la teoría de la capacidad como forma de retribución al trabajo, tesis rescatada por el Socialismo Científico de Engels y Marx.

3. Según Engels (Del Socialismo Utópico al Socialismo Científico) es el creador de la teoría de la abolición del Estado, pasando el Estado a ser un instrumento administrativo.

Como revolucionario:

1. Presidente de la Comuna de París.

2. Participante en la Revolución Francesa.

3. Participante en la Revolución de los Estados Unidos de América.

La Sociología y el Socialismo, a partir de estos datos, recapitulados en esta biografía, tienen en Saint Simon, un pilar fundamental.

Tomado de:

http://www.biografiasyvidas.com/biografia/s/saint__simon_conde.htm

Conde de Saint-Simon

Claude Henri de Rouvroy, conde de Saint Simon; París, 1760 - 1825.

Historiador y teórico político socialista francés. Perteneciente a una familia aristocrática venida a menos, el conde de Saint-Simon era sobrino-nieto del duque Louis de Rouvroy, famoso por sus memorias, en las que describió la corte de Luis XIV.

Por tradición familiar, Saint-Simon estaba destinado a ser militar. Participó en la guerra de la Independencia a favor de las colonias americanas, y durante la Revolución Francesa se hizo republicano.

Nombrado presidente de la Comuna de París en 1792,

renunció a su título nobiliario y se adscribió al ideario haciéndose llamar Claude Henri Bonhomme. Unas acusaciones de especulación con los bienes nacionales y sus relaciones con Danton, que no eran vistas con buenos ojos, dieron con él en la cárcel en 1793, aunque fue liberado en 1794.

Durante el Directorio Saint-Simon gozó de una desahogada posición económica; su casa era frecuentada por personalidades como Monge, Lagrange y Dupuytren. Viajó a Alemania, el Reino Unido y Suiza, donde publicó su primera obra:

Carta de un residente en Ginebra a sus contemporáneos (Lettres d’un habitant de Genève à ses contemporains, 1802 o 1803), donde apunta lo que posteriormente definiría como su teoría de la capacidad.

Quebrantada su situación económica, se dedicó a escribir numerosos textos científicos y filosóficos hasta que consiguió estabilizarse. En el periódico L’Organisateur declaró: «Si Francia perdiera sus principales físicos, químicos, banqueros, negociantes, agricultores, herreros, etcétera, sería un cuerpo sin alma; en cambio, si perdiera a todos los hombres considerados más importantes del Estado, el hecho no reportaría más pena que la sentimental»; la afirmación le acarreó un proceso.

En 1821 escribió El sistema industrial (Du système industriel), y en 1825 su libro más importante, Nuevo cristianismo (Nouveau Christianisme). Arruinado por segunda vez, intentó suicidarse de un pistoletazo, pero falló el tiro y perdió un ojo. Ayudado por uno de sus discípulos, Saint-Simon planificó la creación de un nuevo periódico, Le Producteur, pero falleció antes de su aparición.

El pensamiento de Saint-Simon deriva de su reacción contra el derramamiento de sangre de la Revolución Francesa y el militarismo de Napoleón.

En sus teorías propugnaba la idea de que la propiedad privada sería buena en cuanto cada individuo recibiera su retribución en función de su capacidad.

A su parecer, el primer objetivo político del Estado tenía que ser el desarrollo de la producción, por lo que su gobierno debía estar constituido por industriales de toda índole, obreros, campesinos y propietarios. Además, propuso que los científicos ocuparan el lugar de los clérigos en el orden social; la función de la religión sería guiar a las clases más bajas de la sociedad en su lucha para mejorar sus condiciones de vida. También proclamaba la abolición de los derechos hereditarios y la formación de una asociación cuya función fuera impedir la guerra.

Saint-Simon influyó poderosamente en Auguste Comte a raíz de sus colaboraciones conjuntas, y aunque sus caminos acabarían por distanciarse, el positivismo de Comte está basado en su mayor parte en conceptos sansimonianos. Tras su muerte, sus discípulos popularizaron su ideología durante el Segundo Imperio. Sus principios adquirieron el nombre de sansimonismo, como si se tratara casi de una religión, aunque la asociación terminaría por disolverse. La influencia de la ideología de Saint-Simon en el pensamiento moderno ha sido muy profunda. Previó correctamente el futuro proceso de industrialización del mundo y confió la solución de la mayoría de los problemas de la sociedad a la ciencia y la tecnología.
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